El aumento de horas punta sube el coste de la luz a la industria
El pasado 19 de julio, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba la Circular 3/2014 de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por la que se establece la metodología para el cálculo de los peajes de transporte y distribución de electricidad.
Con esta circular culmina la transposición a la normativa española de uno de los aspectos clave de la Directiva de Electricidad de 2009: la obligatoriedad de que sean los reguladores los que fijen o aprueben, de acuerdo con criterios transparentes, los peajes de acceso a las redes eléctricas o las metodologías para su cálculo.
En este caso, la metodología de la CNMC no evalúa los costes de transporte y distribución, sino que establece un procedimiento matemático para distribuirlos entre la potencia y energía demandadas en función de la tensión de alimentación y los diferentes periodos horarios a partir de unos valores absolutos determinados por el Ministerio.
Aunque la circular fue publicada en verano, no ha pasado desapercibida. Y a pesar del número de detractores que le han ido saliendo, lo cierto es que, en general, ha sido bien acogida al tratarse de la primera metodología pública donde queda definido el reparto de los costes de acceso entre los consumidores.
En líneas generales, la metodología está basada en una serie de cálculos sobre cómo se tienen que pagar las redes y la CNMC llega a la conclusión de que el principal inductor de coste en las redes es el consumo en punta.
Esto quiere decir que se asignan más costes a las horas donde hay más demanda y menos costes a las horas en los que la demanda es menor y que afecta a pequeños consumidores, pymes y grandes empresas.
Empresas con gran consumo de energía
Uno de los aspectos que más preocupa a las empresas con gran consumo de energía es el nuevo calendario planteado, ya que modificaría el número de horas de los distintos periodos de la Tarifa 6, a la que están acogidos, donde cada una tiene un precio en función del periodo horario. En este caso se reducen las horas de los periodos 5 y 6 (valle), es decir, las más baratas, y se incrementan las horas del periodo 1 (punta), las más caras.
Las cifras son preocupantes, nos comenta Fernando Soto, director general de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege). Solo por el cambio de períodos estaríamos hablando de incrementos de peajes que irían del 3,8 al 6,1 por ciento en función de si eres un consumidor plano o modular lo que, traducido a cifras, estaría entre los 0,3 y los 0,9 euros por megavatio hora.
Pero el cambio de calendario no afecta sólo a los peajes de acceso, -explica Soto-, también al término de pago por capacidad y aquí estaríamos hablando de incrementos de entre el 13 y el 17 por ciento que, traducido, estaría entre los 0,17 y los 0,38 euros por megavatio hora.
En opinión del director general de Aege, en el caso de que el Gobierno decidiera aplicar esta metodología sin modificar los precios, debería fijar un periodo transitorio lo más amplio posible y, evidentemente, el efecto económico debería ser neutro, es decir, donde aumente el número de horas bajar un poco el precio para no perjudicar a las industrias, porque cambiando el calendario lo que se estaría haciendo es una subida encubierta de peajes y de pagos por capacidad por un total de entre 0,47 y 1,21 euros por megavatio hora.
Soto quiere recordar que hay un número importante de empresas que han invertido mucho en sobrecapacidad para poder trabajar muchas horas de noche en el periodo valle o los fines de semana y si ahora les reduces un 7 por ciento en periodo 6 y un 33 por ciento en periodo 5, que totalizan unas 670 horas, afectaría a la organización del trabajo y se verían obligadas a replantearse los turnos, un asunto que, a priori, podría parecer sencillo, pero que tiene otros agravantes, aparte del económico, como el de tener que volver a negociar los diferentes convenios firmados con los sindicatos, algo que no se soluciona de un día para otro.
Nosotros -explica el representante deAege- ya hemos hecho nuestros cálculos con los resultados que te he comentado y se los hemos hecho llegar al Ministerio. Ahora toca esperar a la próxima revisión de peajes, que previsiblemente será a finales de año, para conocer la decisión del Gobierno en cuanto a los precios.
Queremos creer que el Gobierno nos va a tener en cuenta, dada su apuesta por mejorar la competitividad de los costes energéticos a la industria y que va a madurar suficientemente esta cuestión y que, en el caso de que se aplicara este nuevo calendario, se va a plantear un periodo transitorio amplio para que la industria se pueda adaptar.
Pequeño consumidor
En la otra parte de la balanza se encuentra el pequeño consumidor, condenado a ser uno de los grandes damnificados ante cualquier cambio regulatorio en cualquier sector.
Según la metodología y teniendo en cuenta que el consumidor doméstico no tiene, como le sucede a las grandes empresas, diferentes periodos tarifarios en los que basar su consumo, sino que todo lo tiene centralizado en uno solo, paga lo mismo en unas horas que en otras, independientemente de que realice su consumo en horas punta o valle. La única excepción es la de los consumidores con tarifa de discriminación horaria -la antigua tarifa nocturna-, donde existen dos precios.
Según Jorge Morales de Labra, director general de GeoAtlanter y miembro de la junta directiva de la sección fotovoltaica de Appa, esta metodología pone todo el coste en una serie de horas muy determinadas, de tal manera que mientras que el industrial tiene alguna forma de gestionar su consumo en esas horas -aunque tampoco le resulte fácil-, el doméstico no tiene ninguna forma de hacerlo, lo tiene todo socializado, y paga un solo peaje por todas las horas del año con independencia de que esa hora sea de altísimo consumo o sea una hora valle.
La inmensa mayoría del peaje que pagan los cerca de 28 millones de consumidores domésticos en el recibo se debe al consumo de unas pocas horas al año -explica Morales de Labra- concretamente de 6, que son aquellas de máxima demanda del sistema en cada uno de los seis períodos tarifarios en los que se divide. Pero como el consumidor doméstico no sabe cuáles son esas horas, no tiene opción de poder gestionar su consumo durante ese periodo horario. Una opción que, por otra parte, es verdad que sería difícil de llevar a cabo, pero al menos sería una opción.
Según esta metodología, todos los consumidores conectados a la red de Baja Tensión -domésticos, oficinas y pequeñas industrias-, tendrán que asumir el 73 por ciento de los costes de redes, cuando su cuota en energía consumida no alcanza el 50 por ciento del total, señala el director general de Geoatlanter.
¿Y por qué sucede esto? Pues porque se parte de la idea de que la red se diseña para momentos de máxima demanda y lo que se hace es repartir sus costes en proporción a la potencia contratada por cada consumidor. Al entenderse que estos costes son fijos se incluyen en el término de potencia, cargándose en la parte fija del recibo de la luz, que es la de la potencia contratada, independientemente del mayor o menor consumo que el consumidor haga.
Ahora todos los que están en el mismo nivel de tensión van a pagar los mismos peajes en función de la potencia, de ahí que haya algunas tarifas que hayan desaparecido o se hayan incluido en otras, argumenta Morales.
De todas formas, una cosa es la metodología y otra muy distinta los parámetros de la misma. La metodología no puede ser invalidada por el Gobierno porque surge como consecuencia de una Directiva, pero todo lo que rodea a los peajes: precios, calendario, reparto de costes, etc, lo decide el Ejecutivo. Por tanto, hasta que no se haga la nueva revisión de peajes, no sabremos en qué queda esto, sentencia Morales.
FUENTE: Concha Raso en El Economista
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